sábado, 25 de noviembre de 2017

¿Sabéis que el amor es lo más importante de la vida?

Educar-nos para la ternura -El tacto y el contacto corporal en las relaciones humanas /
  Joaquín Benito Vallejo / Ed. Corona Borealis


¿Sabéis que el amor es lo más importante de la vida?

Así es como empieza el libro – porque esa pregunta se la hacía  a veces en las clases a mis alumnas para despertar su interés hacia el trabajo que hacíamos.

Algunas personas lo sabéis  mientras que  a otras les resulta incomprensible. Siguen pensando quizá, que lo más importante es el dinero y quizá, en segundo término, la salud.

En realidad, esos pensamientos son mecanicistas porque las repetimos mecánicamente de haberlas oído y también son pensamientos capitalistas porque el dinero es el dios del capital, donde se considera que el dinero es lo más fundamental y que puede alcanzar todo incluida la salud y el amor.

Pero en el fondo todas las personas buscan el amor, valiéndose de todos los medios a su alcance incluidos el dinero, el poder, el engaño y la seducción.


Que el amor es lo más importante de la vida lo testifica el hecho -entre otros- de que todas las historias -y todos los cuentos- humanos hablan de amor. De la búsqueda, del encuentro, del deseo de amor. En la novela, en la poesía,  en el cine, en el teatro…, y en la vida cotidiana. 
Como reflejo de la propia vida, de los ideales y de las necesidades, expresan la importancia fundamental del amor. 

Y sin embargo, ¿no expresan a la vez, o en el fondo, una ilusión, una carencia fundamental de nuestra vida?

Si, todas las historias de amor que nos cuentan expresan amores, pero amores patológicos, enfermizos, neuróticos, alienantes, enajenados...
Son falsas historias de amor que muestran nuestras carencias y nuestras necesidades básicas.  


Historias idílicas y románticas. Donde uno y otro quieren encontrar a su príncipe o a su princesa, su media naranja, realizar sus sueños, encontrar su vida….etc., etc. Buscar la realización propia en el otro. Buscar lo que no tenemos, lo que nos falta, el ideal ficticio y falso, la idolatría, basada en la carencia absoluta del NO ser.
Se busca la admiración, el enaltecimiento del ego, el reconocimiento por el otro.

Todas estas historias son falsas porque no son historias de amor. Lo único que muestran son nuestras carencias. Porque uno no se realiza en el otro, sino en sí mismo.
Cuando uno quiere encontrar en el otro su realización es que carece de ella. Por lo tanto, nunca lo va a encontrar. A lo más que puede llegar es a una locura entre dos que puede durar toda la vida o esfumarse en un instante para buscar otra, y así sucesivamente. Es un engaño mutuo, permanente.

El amor es otra cosa, es todo lo contrario.


El amor es darse, no pedir
El amor es reconocer al otro no ser admirado,
El amor es entregarse sin exigir nada a cambio,
El amor es no seducir, no engañar, no atar,
Es proteger y cuidar al  otro, es respetarle en su idiosincrasia. Proporcionarle el desarrollo de su SER, de sus potencialidades humanas. De su propio ser.
El amor es la emoción más fundamental y básica según dicen diversos expertos en educación emocional.

El amor es una necesidad biológica –y social- según nos dice Maturana. Y Psíquica
¿Qué quiere decir esto?
Quiere decir que en el desarrollo filogenético de las especies desde prácticamente los seres unicelulares hasta el hombre, el amor se ha ido decantado como la necesidad más fundamental.
El amor es la ley de la vida.
El amor es el resultado del contacto, la conexión y la comunicación, -cualidad que ya se daba en las células más primitivas- de donde fue surgiendo, la empatía, la colaboración, el altruismo, la protección, la defensa y el cuidado de las crías, característico de la convivencia en sociedad.
Amor no es solo amar al hijo, marido o mujer, padres, familia…
Esos seguirían siendo amores patológicos, encerrados en un círculo propio.
El amor auténtico es darse a todos, - a toda la humanidad -  a la naturaleza - a la vida…
Y por consiguiente, ayudar a proporcionarles a todos ellos el desarrollo de sus potencialidades.
Y esto nos lleva a tener que luchar por ellas,  luego, luchar contra la injusticia y los impedimentos,  contra todo lo que impide el desarrollo humano.

¿Cuáles son las condiciones para que se dé el amor?
Que el ser humano haya alcanzado su madurez psíquica.
Que sea un ser íntegro, auto realizado, sin ataduras.

Sin embargo, tenemos muchas carencias como seres humanos, no somos maduros, no estamos realizados, no hemos desarrollado nuestras potencialidades, somos correas de transmisión de la opinión de los medios.

¿Cuáles son estos impedimentos para ello?

La sociedad en la que vivimos que nos impide SER simple y llanamente. Desde el 1º momento nos ata de diversas maneras, a nivel emocional, que es la primera premisa para que se establezcan otras, la 2º, impidiendo  desarrollar todas nuestras potencialidades, 3ª inculcándonos en su lugar formas de ser, software, programas de comportamiento, 4º convirtiéndonos en mercancías, cosas, objetos.

La Sociedad
Que nos convierte en meras mercancías, meros objetos de usar y tirar.
La sociedad en la que vivimos se llama CAPITALISTA, pongamos nombres a las cosas – no nos engañemos  - no nos dejemos engañar – porque entonces nos traicionamos a nosotros mismos en nuestra raíz.

 La sociedad determina los valores, determina lo que se ha de enseñar y lo que no.  Esta sociedad –llamada capitalista- es incompatible con el amor – palabras textuales no mías, sino del prestigioso E. Fromm, en “El arte de amar”.
Son incompatibles porque el Capitalismo hace de las personas mercancías, cosas para comprar y tirar. Y nos educa en la competitividad entre nosotros, contra la cooperación y la colaboración que son unos de los cimientos del amor.
Y nos domestica para convertirnos en autómatas.
Porque vivimos en una sociedad enferma. Y dependemos de esta sociedad, ella nos ha criado y ella nos alimenta.
Esta sociedad  nos ha degenerado como seres vivos. Ha hecho que lo natural, lo determinado biológicamente  y desarrollado con la evolución de todos los seres vivos desde la 1ª célula hasta el hombre, se convierta en una patología, en una enfermedad. El amor es el resultado de una serie de factores que se han ido desarrollando progresivamente a lo largo de la vida de todos los seres vivos, aflorando y decantándose como la ley natural por excelencia del desarrollo de la vida.
Es una enfermedad que el amor no sea lo más importante de nuestra existencia.

 El amor depende, se basa, no se puede ejercer, sin haber adquirido la madurez, el desarrollo personal,  la auto realización. Consigo mismo, con las personas, con el entorno.
El amor es el resultado de la orientación productiva –que llama Fromm-: relación activa y creadora del hombre consigo mismo, el entorno y  las personas…

·       En el pensamiento: comprensión adecuada del mundo mediante la razón.

·       En el sentimiento: en la unión con otra persona, con todos los hombres y la naturaleza manteniendo la integridad y la individualidad.

El amor a sí mismo –base fundamental del amor a los demás- es cultivarse como ser humano.

Amor productivo: solicitud, responsabilidad, respeto, conocimiento…

·       Ser solícito: interés activo por el desarrollo del otro. No espectador pasivo.
·       Responsable: responder a sus necesidades.
·       Respeto: verlo tal y como es, no como yo quiero o son mis deseos.

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