viernes, 6 de septiembre de 2019

La educación sin amor no es posible


LA EDUCACIÓN SIN AMOR NO ES POSIBLE
Joaquín Benito Vallejo



El amor es el pre-requisito básico, esencial e imprescindible para que pueda darse la educación.

¿Pero qué es el amor?
La actitud que reconoce al otro como ser, con sus propias cualidades y potencialidades, lo que le hace único, diferente, extraordinario, y al que se le ofrece seguridad, afecto, cuidado, y recursos para desarrollarse plenamente.


¿Y qué es la educación? El deseo y el hecho de dar todas las posibilidades para que se desarrollen los impulsos y capacidades innatas de todo recién nacido, así como de todas sus potencialidades, para llegar a ser un ser humano pleno y favorecerle su autonomía e independencia psicoafectiva sin cortapisas.


    


        1.    El contexto.
        2.    El amor como necesidad biológica 
        3.    El concepto de amor – claves – su práctica
        4.    Causas de su carencia o trastorno -


1.- El contexto. -bio social- El amor debe enmarcarse como una necesidad tanto biológica como social determinante de la constitución del individuo humano. Sin la cual no se configura el ser humano y que por tanto, sus deficiencias darían lugar a múltiples trastornos. 
Como he apuntado sobradamente en otros apartados, hay una parte del ser humano que es biológica, y otra parte complementaria que es social, ambas de similar importancia para el desarrollo del individuo humano.  
Sin esas dos entidades no puede darse el ser humano como tal. 
La biología predetermina lo que el ser humano puede llegar a ser. Mientras que la sociedad es la encargada de posibilitar que los determinantes biológicos lleguen a florecer. La biología indica la potencialidad del ser. La sociedad, por su parte, es la encargada de convertir en realidad esa potencialidad escondida, no florecida aún, inscritas en los genes.

Así es la vida de misteriosa y plena. Decide que dos partes aparentemente distintas y contradictorias, sean complementarias y actuando en común entre una y otra hagan florecer lo que solo era una semilla. 
Pero esas partes no son antagónicas en absoluto puesto que la sociedad misma es un producto derivado de la biología ya que los organismos más arcaicos viven en sociedad, y todas las características que ha desarrollado la sociedad: colaboración, altruismo, empatía, ayuda, etc., se han consolidado porque son necesarias para el ser vivo. Luego lo social es hijo de lo biológico y complementa una parte que aquella deja inconclusa actuando en colaboración, encargándose de cumplimentar parte de lo que la biología es en esencia.

La parte biológica viene predeterminada por toda la historia de la vida más allá del nacimiento de la primera célula incluso, puesto que para que la célula haya llegado a aparecer ha debido darse previamente una serie de conjunciones físicas y químicas dentro de un universo que lo ha hecho posible.

En realidad, todos los seres vivos necesitan para su pleno desarrollo algo más que lo biológico. Necesitan el medio entorno, incluido en este tanto los individuos de la misma especie como de otras que configuran ese entorno haciendo de él un ecosistema. 
Pero a medida que se va creciendo en la escala evolutiva hasta llegar al hombre, lo social se va configurando como un medio preponderante distinto y decisivo para el desarrollo del individuo. 
En esta escala evolutiva, la biología deja cada vez un campo más importante sin concluir, que ha de hacerlo la sociedad. La biología deja esbozados una serie de cualidades que la sociedad debe llevar a cabo. Y estas cualidades pueden definirse como las más plenamente humanas. En la esfera de esas cualidades se encuentra el amor.

En la parte social los encargados más directos y concretos de llevar a cabo esa tarea son los padres del recién nacido o nacida, que son quienes mantienen el contacto directo con la criatura. Pero más allá de ellos están todos los seres con los que se va a relacionar el niño o la niña. Y de un modo más genérico aún, toda la sociedad en la que están implícitos sus valores y la cultura aprendida y desarrollada desde tiempo inmemorial.
Así pues, quienes han de hacer realidad ese sueño que es el recién nacido, para convertirlo en un ser humano íntegro, son las personas que están a su alrededor, de quienes ha nacido, los padres, padre y madre, o en su falta, los encargados de realizar esa labor paterno maternal.
¿Y qué es lo que han de hacer el padre y la madre, o en su falta, por la razón que sea, las personas que se dedican a cuidar a la criatura?
El niño humano nace inmaduro y completamente dependiente de los demás, no solo a niveles psíquicos, sino también físicos, lo que no ocurre en las demás especies.

Los padres no solo deben satisfacer sus necesidades físicas como la alimentación, la salud y la higiene, etc. 
Hasta ahora una parte importante de la sociedad solo tenía en cuenta prácticamente esta cuestión dando por hecho que los potenciales psicológicos o no existían o servían para poco. -Porque nuestra sociedad valora, lo que considera útil, efectivo, y desvaloriza lo afectivo- Y la utilidad o efectividad se reduce en último término a lo que nos produce un beneficio económico o material. En muchos casos los hijos eran considerados como un animal doméstico que hace una labor dentro de la familia y la sociedad, y por ello además de alimentarle se le domesticaba para que cumpliera bien su función.

Pero no es así, es obvio decirlo, los padres, cuidadores, personal sanitario, aparte y además de proporcionar los cuidados físicos y satisfacer las necesidades correspondientes deben además hacer posible la satisfacción de sus necesidades psíquicas, como es el desarrollo de todos sus impulsos naturales y sus potenciales y capacidades de crecimiento y de realización que todo ser humano lleva implícito en su ser. Posibilitar este desarrollo conlleva a su vez darle protección y seguridad psíquicas, respeto a su individualidad, afirmarle como ser con sus propias características y derechos. Conlleva estar atentos a sus necesidades y deseos, estar solícito, disponible, darle ternura, contacto corporal estimulante y protector, acogimiento, apoyo, respeto. Y encaminarle hacia su propia independencia y autonomía física y sobre todo psicoafectiva. Este conjunto de actitudes es lo que vamos a denominar amor.

El factor más importante, decisivo y primario de la educación debe ser EL AMOR, porque él es la garantía del desarrollo íntegro del recién nacido, en cuyo defecto o privación se darán diversos trastornos en su integridad y desarrollo.




2.- El amor como necesidad biológica.
Según diversos autores, el amor es concebido como una necesidad biológica, que la sociedad encarnada en los padres o cuidadores ha de desarrollar e implantar para que el niño, llegue a ser un ser humano integro.

Maturana -“la biología del amor” [1]-  repite constantemente el carácter biológico del amor, entendiendo con esto lo dicho antes, cómo la biología hace necesaria la sociedad y sus cualidades para el desarrollo pleno del ser humano: “Los seres humanos, somos seres biológicamente amorosos como el rasgo distintivo de nuestra historia evolutiva” y de nuestra especie. “el amor ha sido la emoción central conservada en la historia evolutiva que nos dio origen”. En otros lugares Maturana dice que el contexto emocional es determinante de lo que somos y la emoción primordial es el amor. 
El amor es considerado como el respeto al otro como otro en la convivencia, como distinto ser, con similares derechos. “enfermamos cuando se nos priva de amor porque ella es la emoción fundamental en la cual transcurre nuestra existencia relacional con otros y con nosotros mismos.” (Hablaremos después de las causas que provoca la carencia del amor, o sus trastornos.)El amor es un fenómeno relacional -de origen biológico- relativo a la clase de conductas que desarrollamos por las cuales el otro surge como un legítimo otro en la convivencia cercana.” “Si no hay amor no hay socialización genuina. Una sociedad tiende a su desintegración si se acaba el amor entre sus miembros.”
El amor lo define como “la aceptación del otro junto a uno en la convivencia.”  “Es el fundamento biológico del fenómeno social. Sin amor, sin aceptación del otro junto a uno no hay socialización y sin socialización no hay humanidad. Cualquier cosa que limite o destruya la aceptación del otro junto a uno, destruye el fenómeno social” La educación entra dentro de esos parámetros sin los que no puede darse como verdadera.


La HAPTONOMIA [2] nos dice: “El ser humano ha sido concebido para el contacto con sus semejantes, particularmente, el contacto afectivo que le proporciona seguridad. –(Vuelve a aparecer el cariz biológico como entidad del amor. “Concebido” significa biológico, y a su vez, que el ser humano necesita el medio social para desarrollarse plenamente como humano. Es decir que biológicamente el medio social es imprescindible para seguir desarrollando los componentes humanos que vienen ya inscritos por los genes. Y dentro del medio social es fundamental el contacto con otros seres, ese contacto real, corporal, afectivo, debe ser para dar seguridad, reconocimiento, atención, respeto… al recién nacido, como una premisa fundamental para su desarrollo humano. La H. nos habla del carácter biológico y social a la vez, y concretiza las cualidades de cómo ha de ser el amor.

Dentro de la atención y cuidado que debe desempeñar la sociedad se destacan dos aspectos, unos de tipo físico y otros de ámbito psíquico. Como muy bien nos dice Montagú -el contacto humano-, [3]Las necesidades básicas del organismo vivo son la supervivencia física, oxígeno, comida, líquido, sueño, descanso, actividad, excreción, evitar el dolor y estímulos nocivos. Hay que subrayar no obstante que para que el cerebro se desarrolle adecuadamente también es necesario ese cuidado físico, sobre todo en cuanto a alimentación y salud- Pero la supervivencia física no es lo que hace a los seres humanos, ello es solo una condición primigenia.”  Y Maturana también nos dice: “Los seres vivos tienen dos dimensiones de existencia. Una es su fisiología, anatomía, estructura, la otra corresponde a sus relaciones con otros seres, su existencia como totalidad. Lo que nos constituye como humanos es este dominio relacional donde se configura nuestro ser. Todo lo espiritual, los valores, la historia, la filosofía pertenecen al ámbito de las relaciones”

Los padres han de atender esas necesidades físicas, pero también y tanto o más importante es que atiendan a sus necesidades psíquicas, que gran mayoría de padres y educadores no tienen en cuenta.

“La realización de la humanidad se basa en impulsos que constituyen la necesidad de amor, ser amado y dar amor. En la jerarquía de las necesidades -psíquicas- el amor es el supremo agente de desarrollo de la humanidad de la persona. El amor está en el centro alrededor del cual giran las otras necesidades. El amor es la más básica de todas las necesidades porque es el alimento del que tanto la salud física como mental extraen sus fuerzas. El amor es la forma suprema de comunicación humana.”

Montagú habla aquí, de que el amor es la suprema necesidad, más allá de lo físico, y sin la cual no se accede al estatus de lo considerado “humano.”

 Y Maturana también lo corrobora:” El organismo existe en una armonía interna que se pierde cuando sus relaciones e interacciones con los demás dejan de ser congruentes. La negación del amor rompe esta congruencia y da origen a alteraciones fisiológicas que hacen posible alteraciones en todos los procesos homeostáticos. La mayor parte del sufrimiento humano y de las enfermedades, tienen su origen en la negación del amor.”





[1] La biología del amor – Maturana -
[2] La haptonomía ciencia de la afectividad. Vedman -
[3] El contacto humano – A. Montagú


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